lunes, 14 de septiembre de 2015

¡Hola!
Mañana es el día. Comienza un nuevo curso, el último si todo va bien. Se me encoge el corazón cuando pienso que es mi último año de carrera (graduación, viaje de fin de carrera, despedidas, trabajo...). Bueno, creo que todo eso se merece otra entrada, así que lo dejaré para más adelante.
Ahora mismo me debato entre las ganas y el miedo. Son dos sentimientos tan opuestos pero no puedo imaginarlos separados. Cuando pienso que mañana veré nuevamente a esas personas que aportan luz a mi vida, me invade la alegría y la ilusión por compartir nuevos momentos con ellas. Además, estoy segura que esos recuerdos se quedarán en mí para siempre y más cuando sé que el final se acerca...Sé que a la mayoría de esas personas no las vuelva a ver, pero también sé que quiero disfrutarlas mientras dure. Por otra parte, estoy segura que mantendré el contacto con las personas que hoy por hoy tengo el placer de llamar amiga/o. Y no porque sepa que estarán ahí después de acabar este ciclo, no quiera pasar tantos momentos con ellas/os. Es más, es con quienes quiero disfrutar más de estos meses. No obstante, también están esas personas a las que no quiero ver, con las que no me quiero cruzar..., pero sé que será inevitable, y de solo pensarlo me empiezan a temblar las manos y el corazón parece latir más deprisa. Y es en este momento donde aparece el miedo. Siento miedo por no saber si seré capaz de disfrutar de este año, por no ser del todo valiente y superar mis inseguridades...
En este momento, millones de preguntas se forman en mi cabeza, millones de dudas dan vueltas y vueltas, pero la más importante es ¿se puede sentir miedo y ganas por empezar algo? La respuesta está en el título de esta entrada. Me siento decidida, abierta a nuevas experiencias, deseosa de conocer a gente nueva, pero sobre todo de conservar en mi vida a la que me hace tan feliz. Puede que este año no sea el mejor, que las expectativas vuelvan a ser más grande que la propia realidad, pero no me voy a quedar con las ganas. Quiero hacer lo que sienta y cuando lo sienta, y principalmente, quiero acabar esta etapa de la mejor manera posible.
Mañana empieza una nueva aventura. ¿Estoy preparada? ¿Tengo ganas? ¿Iré a por todas? ¿Seguiré encontrándome cuando me pierda? Y por más que pienso, las respuestas siguen siendo el título de esta entrada.

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